viernes, 12 de noviembre de 2010

La búsqueda de la VERDAD...

"EL QUE BUSCA LO VERDADERO,

BUSCA A DIOS,

SABIÉNDOLO O NO"


Edith Stein

Santa Teresa Benedicta de la Cruz

carmelita descalza

mártir

por un minuto en tu presencia... por un instante nada más...

por qué he de tener miedo?
si ya soy salvo
el maligno quiere caos, miedo, desesperanza...

hay un millón de razones para llorar, y sólo UNA para sonreir:

El Hijo de Dios, el Verbo Eterno, siendo Dios, se hizo hombre, para ser un Dios cercano, para compartir Todo con nosotros, menos el pecado, y aún más, acepta padecer y morir para resucitar, para abrir las puertas del cielo a TODA carne que se humille y acepte su mirada de misericordia y recibir se amor eterno que nos hizo SER, de la nada, y nos quizo desde la eternidad por Él, con Él y para Él...

habrá algo más que llene tanto de gozo?!

los días del mal están contados, y esta enojado... tu no caigas en su juego: sonríe, pues tanto amó Dios al mundo, que envío a su Hijo único para redimir al mundo y llamarnos hijos de Dios, pues lo somos!

sábado, 6 de noviembre de 2010

EL MISTERIO DE LA ADORACIÓN. *


Jesús llama por su nombre a quien Él quiere, a ser testigo de su acto de adoración eterno para con el Padre, pues este acto de adoración es el mismo desde la Encarnación y hasta la Cruz, viceversa, antes y después; no hay un crecimiento pues es pleno totalmente.

No entiendo la Cruz, si no veo el acto de adoración de Jesús, pues es su fuente, el DON radical, total de sí mismo al Padre. Con su grito: “tengo sed”, la adoración es revelada por Dios en la Cruz.
Y soy testigo, contemplando su presencia real en el Sacramento del altar: la Eucaristía, DON perfecto y actual de sí mismo.

Y no sólo soy testigo, pues adorar es propio a nuestro SER persona humana:
“Pero ya llega la hora, y es ésta, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad, pues tales son los adoradores que el Padre busca. Dios es espíritu, y los que lo adoran han de adorarle en espíritu y en verdad”. Jn 4, 23-24.

En la adoración, es el preciso lugar donde damos la vida, pues dar la vida es adorar. Pero, ¿es una posibilidad real?

No soy persona humana sino hay este Don de mí mismo, aceptando los límites y fracasos, aceptando la realidad tal cual es.

La adoración es el ACTO de VERDAD. Es lo que hay de más natural y fundamental en nosotros: el reconocer la dependencia total de Dios creador.

La adoración purifica la contaminación e mi cuerpo, mi inteligencia y mi psicología (emociones). La adoración me rectifica radicalmente.

La adoración es una dependencia, y de manera paradójica, es mi libertad total por excelencia, pues me libera de todo lo que NO es verdadero.

La adoración es la actitud del hombre, de su alma frente a Dios, buscando siempre quién es Dios, es decir, una búsqueda de la Verdad. Para amarlo más y más en verdad.

Dios me llama de la nada a la existencia, y me llama por mi nombre. Hay una mirada única de Dios sobre mí. Dios me quiso, a cada uno de nosotros. Soy más semejante a Dios que a mis propios padres, pues soy creado actual y personalmente a su imagen y semejanza.

Al adorar soy, me hago pequeño, nada; y a la vez descubro mi grandeza por la mirada personal de Dios sobre mí.

Si me miro y me juzgo, me exulto o me deprimo, la mirada de Dios sobre mí es lo único que me puede regresar a la realidad y levantar, pues es un ojo que no vigila, no juzga o persigue; es una mirada que me libera pues me AMA.

La más profunda de mis experiencias de vida es incomunicable. La adoración es una soledad, mi soledad con Dios, contra la cual no debemos o podemos luchar o temer.

Mi forma de soledad me hace descubrir mi vínculo único y personal con Dios. Tengo importancia a los ojos de Dios, me permite descubrir un amor de mí mismo, a través de Él.

La adoración da PAZ, pues al buscar descubrir primero la mirada de Dios sobre mí, lo demás se acomoda por sí solo y me libera.

La adoración nos da la simplicidad del amor: tengo un Padre que sabe lo que es mejor para mí. Ya no soy del mundo de las contaminaciones y de las concupiscencias. Estoy en el mundo sin ser de él: ¡SOY LIBRE! Mi cuerpo y mi alma (inteligencia y voluntad) son de, por y para Dios.

YO SOY UN DESEO DE DIOS: el me quiso y me quiere. Soy producto de un pensamiento personal de Dios.

Me amo y amo a los demás, porque somos un deseo de Dios, una alegría de Dios, y crea mi alma actualmente.

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LA VIDA CONTEMPLATIVA NO ENTIENDE NADA DEL MISTERIO DE DIOS… SE ADHIERE A ÉL.
P. Marie Dominique Philippe O. P.
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Y es una experiencia y descubrimiento personal, que sólo seremos capaces de alcanzar a través del acto de adoración, el agradecimiento a Dios creador, al Dios bueno que me quiso y me quiere con Él y para Él; que me sabe en el mundo pero no de él, que me libera de los atavismos y la psicología, conduciendo mi búsqueda de verdad, mi búsqueda de Él mismo, que es CAMINO, VERDAD y VIDA.





*Reflexión durante la Escuela de vida 2007-2008.
En base a la sesión de artículos del P. Marie-Dominique Philippe O. P.
Escuela San Juan, Ranchito del Rey y María Madre.
Martes 15 de abril de 2008.